Ya sea una joven empresa de nueva creación, una mediana empresa o una gran corporación: sin una visión clara de sus propios flujos de tesorería, las cosas pueden ponerse rápidamente en peligro. Porque aunque su empresa sea rentable sobre el papel, si se queda sin dinero para salarios, alquileres o materiales a corto plazo, esto puede amenazar su existencia. Para evitarlo, como empresa debe calcular su liquidez como medida de precaución utilizando la planificación de liquidez.

La planificación de la liquidez ahorra tiempo y dinero

La planificación de la liquidez es un componente central de la gestión financiera y suele ser decisiva para determinar si una empresa mantiene el rumbo o atraviesa dificultades. La planificación de la liquidez consiste en garantizar la solvencia de una empresa. En concreto, significa registrar, comparar y planificar sistemáticamente con antelación todas las entradas y salidas de pagos previstas. Esto permite reconocer los cuellos de botella financieros en una fase temprana e iniciar contramedidas a tiempo.

Una cuidadosa planificación de la liquidez aporta a su empresa muchas ventajas tangibles. Garantiza una mejora de la gestión de tesorería, ya que siempre tendrá claro de cuánto dinero dispone realmente. También podrá hacer un seguimiento más preciso de sus gastos y gestionarlos mejor, lo que le ayudará a optimizar su margen financiero.

Garantiza la solvencia en la vida cotidiana

Además, una buena planificación le permite orientar la asignación de capital. En lugar de dejar el dinero sin utilizar o inmovilizarlo en el lugar equivocado, puede utilizarlo donde le reporte el mayor beneficio. Si tiene una visión general de sus flujos de tesorería, también puede planificar de forma más estratégica, por ejemplo, para realizar inversiones en el momento adecuado o aprovechar las oportunidades favorables del mercado.

Por último, pero no por ello menos importante, la planificación previsora de la liquidez permite a menudo ahorrar costes, por ejemplo mejorando las condiciones con los proveedores o evitando los caros intereses de los descubiertos. Al mismo tiempo, le ayuda a reconocer los riesgos financieros en una fase temprana y a amortiguarlos antes de que se conviertan en un problema.

En función del tamaño, el sector y los objetivos de la empresa, existen distintos enfoques para la planificación de la liquidez: los métodos directo, indirecto e híbrido.

Con la planificación directa de la liquidez, se registran específicamente todas las entradas y salidas de efectivo previstas en un período determinado. Este método es muy detallado y especialmente adecuado para la planificación a corto plazo, por ejemplo, para las próximas semanas o meses. Le ofrece una visión exacta de cuándo se recibe y se gasta el dinero. Esto le permite reconocer los cuellos de botella en una fase temprana y reaccionar con rapidez.

Base de las decisiones financieras

La planificación indirecta de la liquidez adopta un enfoque diferente. En este caso, la liquidez se deriva de la cuenta de resultados y de los cambios previstos en las partidas del balance. Este método es menos preciso, pero más adecuado para la planificación a medio y largo plazo. La planificación indirecta proporciona información valiosa, sobre todo para las decisiones estratégicas, como las grandes inversiones o los préstamos.

En la práctica, muchas empresas recurren a la planificación híbrida de la liquidez, que combina ambos métodos. El método directo se utiliza para la gestión a corto plazo, mientras que el método indirecto se utiliza para la planificación a medio y largo plazo. Esto le da una visión global de su solvencia y le permite reaccionar con flexibilidad ante los cambios.

Un plan de liquidez bien pensado no es ciencia espacial: con un sistema claro, puede vigilar su solvencia en todo momento y crear una base importante para las decisiones empresariales. Porque si sabes exactamente cuándo entra y sale dinero, puedes actuar con previsión en lugar de reaccionar en modo crisis. Así es como se crea paso a paso un plan de liquidez bien fundamentado para su plan financiero:

  1. Determine el periodo de planificación: En primer lugar, determine el periodo para el que desea planificar su liquidez. Para empezar, se recomienda una planificación mensual. Para las grandes empresas, también puede ser útil una planificación semanal o trimestral, en función de lo dinámicos que sean sus flujos de tesorería.

  2. Registre el inicial: Anote el estado actual de sus fondos líquidos, es decir, el importe en sus cuentas bancarias y en la caja. Este valor es el punto de partida de tu planificación.

  3. Registre los depósitos: Recoja todos los ingresos previstos: Ventas, intereses, devoluciones de impuestos, subvenciones, posibles pagos de préstamos o incluso depósitos privados. Es importante ser realista y contar sólo con el dinero que realmente esperas recibir.

  4. Registrar los desembolsos: Registrar todos los gastos previstos: Esto incluye gastos de compra, salarios, alquiler, seguros, marketing, impuestos, amortización de préstamos e inversiones. También debes tener en cuenta los gastos irregulares o estacionales.

5 Calcular la liquidez neta: Deduce los pagos de los ingresos. Así obtendrás la liquidez neta del periodo en cuestión. Un valor positivo significa un excedente de liquidez; un valor negativo indica un posible cuello de botella.

6 Calcular el saldo final: Suma o resta la liquidez neta del saldo inicial. Esto le dará el saldo de caja previsto al final del periodo.

7 Analiza y ajusta: Comprueba tus resultados con regularidad. ¿Hay periodos críticos en los que su liquidez se vuelve escasa? ¿Es necesario aplazar gastos o conseguir financiación? Ajusta tu planificación si es necesario, porque cuanto más flexible seas para reaccionar ante los cambios, mejor.

Los ratios de liquidez son ratios importantes para su plan de liquidez con el fin de estimar la rapidez con la que una empresa puede liquidar sus pasivos a corto plazo. Muestran en qué medida se dispone de fondos líquidos, cuentas por cobrar o existencias para pagar a tiempo las facturas pendientes. Se distinguen tres ratios de liquidez:

El nivel 1 de liquidez examina hasta qué punto una empresa podría cubrir sus pasivos a corto plazo únicamente con los medios de pago inmediatamente disponibles, es decir, efectivo y saldos bancarios.

Fórmula: Ratio de liquidez 1 = (efectivo y equivalentes de efectivo / pasivo corriente) × 100.

Un valor igual o superior al 100 % significa que la empresa podría liquidar todo el pasivo corriente únicamente con efectivo y saldos bancarios. En la práctica, sin embargo, este valor suele ser inferior porque las empresas no tienen todo su capital en cuenta.

Además de la tesorería y los equivalentes de tesorería, aquí también se tienen en cuenta los créditos a corto plazo, es decir, los pagos pendientes de los clientes. Esto proporciona una visión más realista de la solvencia a corto plazo.

Fórmula: Ratio de liquidez 2 = (tesorería y equivalentes + créditos corrientes) / pasivo corriente × 100.

Un valor superior al 100 % es una buena señal en este caso, ya que muestra que el efectivo y los equivalentes de efectivo y los derechos de cobro pendientes juntos son suficientes para cubrir todos los pasivos corrientes.

Con el coeficiente de liquidez 3, se incluyen todos sus activos corrientes, es decir, no sólo el efectivo y los equivalentes al efectivo y las cuentas por cobrar, sino también las existencias, como las existencias.

Fórmula: Ratio de liquidez 3 = (activo circulante / pasivo circulante) × 100.

Este ratio ofrece una imagen más completa. Aunque las existencias no pueden convertirse en efectivo inmediatamente, forman parte de los activos disponibles a corto plazo.

Imagine que su empresa dispone de las siguientes reservas de liquidez:

  • 18.000 € de efectivo y equivalentes (caja, banco)
  • 54.000 € de créditos corrientes (facturas pendientes de clientes)
  • 36.000 € de existencias
  • 60.000 € de pasivo corriente (proveedores, préstamos)

Los denominados ratios de liquidez sirven para comprobar en qué medida su empresa es capaz de hacer frente a sus obligaciones a corto plazo con fondos rápidamente disponibles. El cálculo se realiza en tres etapas:

Nivel de liquidez 1 = (18.000 euros / 60.000 euros) × 100 = 30%. Nivel de liquidez 2 = (18.000 euros + 54.000 euros) / 60.000 euros × 100 = 120 %. Nivel de liquidez 3 = (18.000 euros + 54.000 euros + 36.000 euros) / 60.000 euros × 100 = 180 %

Un coeficiente de liquidez 1 del 30 % indica que sólo puede cubrir parte de su pasivo a corto plazo con efectivo y saldos bancarios. Si incluye los créditos pendientes (coeficiente de liquidez 2), su solvencia ya está sólidamente garantizada con un 120 %. Por último, si también incluye sus existencias (coeficiente de liquidez 3), alcanza un valor extremadamente cómodo del 180 %, lo que indica una situación financiera muy estable.

A primera vista, parece ideal que una empresa tenga un nivel especialmente alto de efectivo y equivalentes de efectivo. Al fin y al cabo, esto significa que todas las facturas pueden pagarse sin problemas y que no hay cuellos de botella financieros a la vista. Sin embargo, un exceso de liquidez también puede tener desventajas.

Los fondos líquidos que no se utilizan suelen aportar poco o ningún rendimiento. Al contrario, incluso pierden valor debido a la inflación. El capital inmovilizado en cuentas no beneficia a la empresa: faltan inversiones que garanticen el crecimiento y la competitividad a largo plazo.

Además, los bancos o los inversores pueden interpretar un nivel de liquidez permanentemente excesivo como señal de que la empresa no está utilizando su capital de forma eficiente. Esto puede empeorar la valoración o debilitar la confianza en la estrategia de gestión.

La base de toda buena planificación financiera

Por tanto, una planificación sana de la liquidez significa encontrar un término medio inteligente: reservas suficientes para mantener la solvencia en todo momento, pero no reservas de capital excesivas que podrían invertirse mejor en nuevos proyectos, innovaciones u optimización de procesos.

Especialmente en tiempos de dificultades económicas, se hace evidente lo crucial que es una sólida planificación de la liquidez. Las empresas que de repente se encuentran en una situación especial - ya sea debido a cambios en el mercado, cuellos de botella en las entregas, una situación de disminución de pedidos o incluso una crisis económica general- suelen enfrentarse al problema de que sus ingresos disminuyen drásticamente mientras que los gastos corrientes se mantienen constantes o incluso aumentan.

El peor escenario posible es la insolvencia. Si las facturas ya no pueden pagarse a tiempo, las empresas entran rápidamente en una espiral descendente que puede llevarlas a la insolvencia. Una planificación previsora y coherente de la liquidez es esencial para sobrevivir en esas fases. Es útil planificar y supervisar periódicamente los flujos de tesorería para reconocer los cuellos de botella en una fase temprana. Si se sabe cuándo se avecinan dificultades financieras, se pueden tomar medidas a tiempo, por ejemplo ajustando las condiciones de pago, asegurando la financiación o posponiendo inversiones de forma selectiva.

Hace visibles los riesgos de liquidez

Además, una planificación clara permite identificar los gastos innecesarios y reducir los costes de forma selectiva. Una gestión eficaz de las cuentas por cobrar garantiza que las facturas pendientes se paguen con mayor rapidez, una palanca decisiva para mejorar la liquidez a corto plazo. También es aconsejable acumular un colchón de liquidez para seguir siendo capaces de actuar en situaciones imprevistas.

Una herramienta práctica para la planificación de la liquidez es la alternativa de Excel SeaTable. A diferencia de las hojas de cálculo tradicionales, SeaTable combina la flexibilidad de las bases de datos relacionales con las conocidas funciones de las hojas de cálculo. Esto le permite organizar su planificación de liquidez de forma clara y dinámica. Puede registrar las entradas y salidas de pagos en tablas vinculadas, crear vistas personalizadas con unos pocos clics (por ejemplo, un tablero Kanban para las partidas abiertas o una línea de tiempo para los flujos de pagos) y evaluar sus cifras clave con la ayuda de estadísticas.

Gracias a las fórmulas integradas, SeaTable calcula automáticamente sus ratios de liquidez. Las reglas de color le ayudan a identificar inmediatamente los valores atípicos o los periodos críticos. Puede configurar recordatorios automáticos, por ejemplo, para no perder de vista los objetivos de pago.

Sus datos financieros permanecen seguros: SeaTable cumple las normas más estrictas de protección de datos (conforme a GDPR) y permite un control de acceso granular. Ya sea en versión en la nube o in situ en su centro de datos: usted decide dónde se almacenan sus datos.

Con sus plantillas flexibles y flujos de trabajo personalizados, SeaTable se adapta con precisión a sus procesos. Esto significa que siempre tendrá su liquidez bajo control con facilidad.

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